Hoy, mientras esperaba a que empezara la película en la sala 4, escuchaba el hilo musical que resultaba ser el mismo que pusieron hace unas semanas en el mismo cine cuando fui a ver otra historia. Me preguntaba si era casualidad o si las que venden palomitas no han dejado de oír esas canciones tarde y noche durante los últimos días, semanas o quizás meses. Pero qué más da, me gustaba lo que escuchaba y, aprovechando que en la primera sesión puedes llegar a estar solo en la sala, empecé a mover la cabeza y luego las piernas al ritmo de la música. Eso sí, sin dejar de leer la última novela de Jaume Cabré, que me está apasionando, como le expliqué a mi amigo M el día que fuimos a ver la exposición de "La maleta mexicana" en el MNAC.
"Jo confesso" es una historia llena de historias, es la historia de un violín, la historia del Mal, la historia de un amor. Como historias eran las que se tejían al encadenar los negativos de las fotos de Capa, Taro y "Chim". La historia de una maleta cargada de Historia.
Pero las luces se apagan y debo cerrar el libro para ahora concentrarme en la historia que me cuenta otro Jaume. La historia de una fijación, de una locura, de una obsesión. Una historia que Luis Tosar me la hace más creíble de lo que podría haber sido de haberla interpretado cualquier otro, pues Tosar se está especializando en malos con historias propias.
Y cuando acaba la peli, vuelvo a pensar en quién será la interprete de esas canciones que también escuché el día que fui a ver "La deuda". Pero esa es otra historia. También lo pasé bien, si es que se puede pasar bien mientras lo pasas mal. Quiero decir mientras vives historias a través de los personajes en apuros de películas, novelas o cómics.
Cómics o novelas gráficas como los que me ha regalado Ángeles: "Arrugas" y "Memorias de un hombre en pijama" de Paco Roca. Dícen que la primera es muy buena. Lo reafirman las etiquetas que lleva enganchadas en la portada: "más de 35.000 ejemplares vendidos", "Premio Nacional del Cómic 2008".
Pero sigo pensando en la cantante del cine y cuando llego a casa la busco en Internet, pero no la encuentro. Será cuestión de volver a ver otra peli y preguntarles a las que venden palomitas por la banda sonora que las acompaña cada día.
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