Ya hace varios meses que podemos ver en la Fundació Joan Miró la exposición del ilustre artista catalán que nos muestra, a través de su dilatada trayectoria, la relación entre la obra y su tiempo. Desde su Catalunya natal representada entre otros por el cuadro "La masia" hasta los últimos días del franquismo, pasando por el drama de la Guerra Civil.
La masia. 1921-1922. Óleo sobre lienzo. 132 x 147 cms. Colección de Mrs. Ernest Hemingway. New York. |
Este cuadro, considerado uno de los más importantes de sus inicios, muestra la casa de los padres de Miró en Mont-roig. Pintado inicialmente del natural, lo acabó de memoria en París y tras unos años de no encontrarle comprador, fue finalmente adquirido por Hemingway. Se enmarca en un estilo "naif" y muestra un deseo de representar cada objeto de forma detallada desmintiendo la leyenda de la torpeza de Miró a la hora de dibujar. A mí me llamó especialmente la atención la representación fractal del árbol.
En julio de 1936, cuando estalla la Guerra Civil, Miró se encuentra en Mont-roig trabajando con una serie de pinturas sobre masonite, una especie de conglomerado de madera, sobre el que la incrustación de la pintura, a menudo con tierra, desgarros y marcas, denotan urgencia y frustración.
Pintura 1936 |
Miró decide llevarse las pinturas a París donde inicia un exilio voluntario que durará toda la guerra. La reacción de Miró frente al conflicto se muestra en "Natura morta del sabatot".
Natura morta del sabatot, 1937. MoMA, Nova York. |
El retorno al realismo es necesario para Miró que plasmó en este cuadro sin darse cuenta en su momento símbolos de la tragedia de la época.
Destinado a venderse como un sello para ayudar a la causa republicana Miró crea "Aidez l'Espagne" .
Finalmente se reproduce en pochoir y es encartado en la revista Cahiers d'art donde inscribe la frase: "En la lucha actual, veo del lado fascista las fuerzas obsoletas, y del otro lado el pueblo, cuyos inmensos recursos creadores darán a España un impulso que asombrará al mundo".
Franco había proclamado el final de la Guerra Civil el 1 de abril, pero ahora la amenaza de la guerra se extendía por toda Europa.
El vol de l'ocell damunt la plana III 1939 Solomon R. Guggenheim Museum. Nueva York |
La imagen del vuelo del pájaro, aparentemente inocente, podría asociarse con la de un bombardero y es una premonición de lo que sucedería con la inminente declaración de la Segunda Guerra Mundial.
Miró se encuentra entonces en Verengeville-sur-Mer, un pueblo de la costa de Normandía, donde inicia la serie "Les Constel·lacions".
L'estel matinal. 1940 Fundació Joan Miró |
Con esta obra Miró establece el vocabulario de símbolos que se repetirá a lo largo de toda la serie. Antes de que el ejército alemán invada Francia Miró regresa a España estableciéndose en Palma de Mallorca. En junio de 1940 hacía un año que el régimen franquista se había implantado. En 1941 finaliza la serie "Les constel·lacions" e inicia la serie Barcelona, constituida por 50 litografías en negro.
Serie Barcelona 1944 Fundació Miró |
La serie describe un universo de monstruos y figuras afligidas despojadas de cualquier elemento poético. La serie completa se pudo imprimir en 1944 en la imprenta Miralles de Barcelona gracias al esfuerzo de Joan Prats.
Uno de los mejores ejemplos de como los acontecimientos políticos y sociales del momento llegan a formar parte de la obra de Miró es "Maig de 1968".
Maig de 1968. 1973 Fundació Miró |
Además de las protestas estudiantiles que se producen en España y en toda Europa, el 1 de mayo de ese año tendrá lugar la primera manifestación obrera en España desde la Guerra Civil.
En 1974 la finalización del tríptico "L'esperança del condemnat a mort" coincide con la orden de ejecución del anarquista catalán Salvador Puig Antich por el agonizante gobierno de Franco.
L'esperança del condemnat a mort I,II,II. 1974 Fundació Joan Miró |
L'escala de l'evasió es una exposición que consta de 150 obras pictóricas y escultóricas que podrá verse hasta el 18 de marzo, donde se muestra que Miró, a pesar de su instinto de alejarse de la realidad convulsa, admite que no existe ninguna torre de marfil y que la escalera de la evasión debe estar fuertemente enraizada en la realidad para conducirnos a la creatividad.
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