Hoy nos hemos levantado con el pie izquierdo. Por la mañana hemos ido a hacer algunas compras y a reservar las vacaciones, pero parecía uno de esos días en que todo se torcía. Decidimos reconducirlo con el remedio más seguro: una abundante comida. Con el estómago lleno todo tendría otro color.
Y, efectivamente, al salir a la calle empezamos a verlo todo de otro color. Parecía, incluso, que habíamos viajado en el tiempo:
No era debido a la ingesta copiosa que enturbiaba nuestros sentidos, únicamente se trataba de la Feria Modernista de Barcelona.
Y menos mal que íbamos saciados, pues a lo largo de la calle Girona (Entre Diagonal y València) se extendía toda una serie de puestecillos con riquísimas viandas.
Éramos incapaces de saborear nada en directo, pero no pudimos resistirnos a la tentación de llevarnos un recuerdo comestible para casa.
Pero no solo de pan vive el hombre, así que en la Feria podréis encontrar una exposición de automóviles y otros vehículos de época, un documental: "Modernisme i Societat", herramientas y objetos del campo de madera, una exposición de cartografía e instrumentos topográficos y geodésicos de finales del XIX y principios del XX, paradas artesanales, y muchas actividades más...Pero mañana es el último día.
0 comments:
Post a Comment