Paseos curiosos por Barcelona (2ª parte)

Nos quedamos en la Catedral, esta vez entramos directamente al claustro por la puerta de Santa Eulalia y giramos hacia la izquierda hacia la capilla de Santa Lucía. A la derecha de la entrada vemos una tumba, ¿de quién es?



Se trata de Mosén Borra y podría haber sido un juglar de la corte de Pedro IV, aunque por las cucharillas colgadas de su cinturón podría ser un catador de vinos. El perro a sus pies es un símbolo de lealtad. Dejamos, por el momento, la Catedral, y nos dirigimos hacia Santa María del Mar, que aunque Ildefonso Falcones titule a su novela "La Catedral del Mar", no deja de ser una Basílica. En esta iglesia nos fijaremos en las vidrieras. La más espectacular puede que sea el rosetón sobre la entrada.


Pues bien, éste no es el original, ya que un terremoto en 1428 lo hizo caer sobre decenas de personas. Entre 1459 y 1460 fue reconstruido y restaurada la cristalera. Del resto de vidrieras de la iglesia observamos diferentes estilos y épocas y algún detalle curioso:


De aquí vamos a necesitar tomar algún medio de transporte pues nos vamos hasta el Paralelo y nos adentramos en el Carrer Sant Pau. Allí encontramos en el monasterio de Sant Pau del Camp esta curiosa mano, ¿qué significado tiene?


La mano de Dios es el símbolo cristiano más veces reproducido durante la temprana Edad Media, y representa el poder divino. Siempre es la derecha, por ser la más fuerte, y aunque puede tener representaciones de mando o amenaza, en este caso está en actitud de bendición, de ahí que tenga dos dedos extendidos.
Acabaremos la ruta con el templo expiatorio de la Sagrada Familia, declarada basílica hace poco. No es necesario entrar para poder ver en la fachada de la Pasión de la calle Sardenya junto a la escultura del beso de Judas, una enigmática cuadrícula con números. ¿Qué es?


Se trata de un cuadrado mágico. Éste tiene la particularidad de que la suma de las cuatro cifras en horizontal, vertical o en diagonal arrojan el mismo resultado: 33. Se trata de una obra de Subirachs, como el resto de esculturas de la fachada, y es curioso que sumen 33, y no 34, como suele ser habitual, pero es que 33 era la edad de Cristo al morir. Aunque también podría ser una velada mención de la relación de Gaudí con la masonería. Y también podría tratarse de un tributo a la obra "melancolía" de Durero, donde aparece un cuadrado mágico, aunque de constante mágica 34.


En la misma fachada podemos ver otro detalle cargado de simbolismo, un laberinto:


Los significados del laberinto en la cristiandad son variados: en la entrada de las iglesias y orientado hacia el oeste, que es de donde provienen los demonios, el laberinto permite atraparlos sabiendo que éstos solo pueden desplazarse en línea recta.

Hasta aquí el largo paseo dedicado a las iglesias y las curiosidades relacionadas con la cristiandad. Próximamente haremos otro recorrido por la Barcelona insólita.

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